Los productores reconocemos que la tecnología y las mejoras genéticas de las semillas deben tener una justa retribución. Cobrar derechos como pretende Monsanto es inaceptable para los productores y podría sentar precedente para que otras empresas tecnológicas intenten adoptar esta metodología de cobro usando a terceras partes no involucradas en el proceso productivo. El sistema que pretende MONSANTO además de inconsulto, es engorroso, inaplicable, incontrolable y podría avanzar sobre los derechos de los productores.
Los productores tenemos derechos contenidos en la ley de semillas N° 20.247 vigente, que contemplan el uso propio y gratuito de semilla.
Es indelegable el poder de policía que deben ejercer los organismos creados para el control del uso de semillas fiscalizadas. No debe mezclarse el control del comercio de semilla ilegal (bolsa blanca) con el sistema de comercialización de los granos.
Por último, alertamos a los productores a no firmar contratos que incluyan cláusulas ajenas a los usos y costumbres de la comercialización granaría.
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