El
acuerdo YPF-Chevron que promete un “carnaval de actividad” pone
nuevamente de manifiesto la discriminación y desigualdad del Gobierno
Nacional para con el
sector agropecuario. No queremos ventajas, pero tampoco perjuicios que
se extienden a la comunidad dado que nos sustrae recursos a todos...
El
acuerdo con Crevron le permitirá gozar de beneficios como comercializar
sin derechos de exportaciones, disponer libremente de divisas e incluso
a recibir resarcimientos. Mal ejemplo para todos, con ventajas injustas
para pocos y puerta a corrupciones.
La
expropiación de YPF sin un previo análisis de los recursos disponibles
del Estado para llevar a cabo las actividades petroleras, obligó al
Gobierno
Nacional a acceder a presiones de empresas multinacionales aceptando
raquíticas inversiones anuales por 1.000 millones de dólares, cifra
similar al aporte mensual del campo en concepto de retenciones que son
u$s 11.000 millones anuales sin recibir ningún beneficio a cambio.
Los números ya no cierran
Lejos
de por lo menos no trabar al campo que genera los mayores ingresos al
país y que realiza inversiones de u$s 50.000 millones por año, sí 50
veces lo que promete Chevron, el Gobierno le sigue
ajustando la cuerda mediante presiones fiscales y nuevos aumentos de
retenciones, como por ejemplo al biodiesel.
Estos
impuestos confiscatorios nos llevan a producir en rojo. Los márgenes en
trigo arrojan claramente resultados negativos y a Argentina le falta,
las perspectivas para maíz no son más alentadoras y en muchas regiones
los números ya no cierran para la soja. Las producciones regionales
están quebrantadas.
El
Gobierno debe tomar nota de sus malos resultados, dejar de lado su
rencor y discriminación hacia el campo, y
elaborar políticas agropecuarias serias con las que colaboraremos y nos
comprometeremos. No más engañosas declamaciones, los exagerados
impuestos a la producción y al trabajo no se sustentan. El acuerdo
YPF-Chevron lo demuestra.
Fuente: SOCIEDAD RURAL DE ROSARIO.
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